Mi cerezo.
Lo que la primavera hace con los cerezos 🍒 Neruda.
Lo que la primavera hace con los cerezos 🍒 Neruda.
El mar 🌊 tiene misterios, el Amor le da sabor a la tertulia
A embestidas suaves y rosas, la madrugada te iba poniendo nombres:
Sueño equivocado, Ángel sin salida, Mentira de lluvia en bosque.
Al lindero de mi alma, que recuerda los ríos,
indecisa, dudó, inmóvil:
¿Vertida estrella, Confusa luz en la noche, Cristal sin voces?
No.
Error de nieve en agua, tu nombre. . El sonido de los grillos me acompañan en la noche.
La encontraron dormida en una rama.
Volvería a pintarte si me lo pidieras; como aquella noche en que fuimos indios, destrozamos tu camisa y acabamos en el río.
¿Te acuerdas del paisaje? En la piscina juraría que aún queda agua de posguerra y la luna, que se refleja en ella, le regalaba su juventud.
Aquella noche las estrellas hicieron un pacto y todos los destellos iban a tus ojos, yo, ensimismada, me acurrucaba en tus brazos. La brisa hacia bailar a las ramas del sauce llorón que nos tapaba del resto del mundo y Doña Lechuza vigilaba nuestra guarida secreta..
Foto: Aldeanueva del Camino
Será que estoy más sensible,
será que escucho más y hablo menos,
será que me retomo constantemente,
será este tiempo, será el acabar con horarios,
será el encontrase al doblar una esquina,
será que me gusta el tiempo en un parque,
será que me gusta observar la vida,
será...
Se cumplió la consigna de Lorca: jotos de México, pájaros de la Habana, gays del Universo, que un día fueron carne para la fusta, tomaron Madrid y dieron una patada a los peinadores de seda.
...nadie podría soñar que las manolas de Malasaña un día serían el bloque transformador, ni que Chueca sería Bloomsbury, ni que Madrid se convertiría, como escribe Javier Cid, en el kilómetro cero del Orgullo Gay.
Madrid, aquella ciudad sin noche, que un día se llenó de sangre y vidrios, se pobló de las brigadas internacionales en bikinis, ángeles y drag queens.
Cuando Virginia Woolf pensó que ambos sexos comparten instintos, pero lo de luchar es un hábito del hombre, no podía imaginar cómo las mujeres españolas iban a conquistar el poder.
EllAs ya no pretenden ser ni mágicas ni sobrenaturales, sino guerreras, gustaban cuando callaban, pero ya no paran de hablar.
¿quien ha dicho que no saben luchar?"
Práctica 4 Escuela de escritores, Madrid.
Practica Tema 4
Cuento "La fe" de Monzo, Quim
Propuesta partiendo de la situación narrada. escribir siendo narrador omnisciente u omnisciente limitado completar el relato, hacer que el protagonista luche por resolver su conflicto.
Texto.
Raúl no podía olvidar las palabras que había oído, las peguntas y reproches se repetian en un bucle infinito en su cabeza, temeroso pensaba si eran ciertas algunas afirmaciones que ella compartió con él.
Sentado, recordó algo que leyó hace tiempo, le venia la frase como un flash entrelazada con las que había escuchado de ella, "El amor es un impulso creativo" ¡El amor como acto creativo!, en su relacion no hay creacion, no hay accion no era algo vivo, pulsante, no hay riesgos, es un amór cotidiano sin sorpresas, su relación no es un todo.
Le golpeaba en la cabeza, frases sueltas que escuchaba en su rutina , en el autobús, en la oficina frases de amigos, familia, compañeros, se quedaban ahí en su pensamiento revolviéndolo todo, su cabeza repetía una y otra vez, "En una relación no debe de haber seguridad, la seguridad es para los conformistas". "El amor es inconformista, "no hay garantías establecidas","en el amor no hay apaños"
Se acercaba San Valentín, pensó en regalarle algo que le sorprendiera, algo para salir de la rutina, algo que le hiciera sentir emoción y apego por la vida, tuvo un momento donde se preguntó ¿pero este algo extraordinario reflejaría el amor por ella, o es solo un reflejo amoroso que realizamos todos por las mismas fechas?, ¿es algo impuesto, algo social?
El amor no es consumista, si es así, el amor es consumo y no sentimiento.
El amor se ha convertido en unas reglas establecidas que poco tienen que ver con la bocanada de vida que representa.
Raúl se va perdiendo entre tanto pensamiento que le impactan como proyectiles en la cabeza, se pregunta ¿quiero este amor?, ¿es amor o costumbre?, El mismo estaba creando una verdad, una respuesta a todas las dudas que ella construía todos los dias. Raúl con toda esta maraña de información que le comia la cabeza.
Arrancó la hoja y la guardo para dársela a ella, escribió.
Mi amor es una inercia cotidiana que me consume.
Etiquetas: prácticas, escuela, escritores, yo misma, Madrid, letras
Por la mañana la rutina no me dejó ver lo que había pensado, pero ahora, sola en mi habitación, comienzo a darme cuenta.
Hay risas en el salón, pero no puedo ni quiero unirme a ellas.
Leo algún libro, escucho música...
Sé que estoy triste, lo noto en mis ojos, lo puedo sentir en el nudo que se forma en mi garganta, pero no voy a llorar, no pienso llorar.
A veces me gustaría estar sola para siempre, caminar sin rumbo para siempre y no hablar con nadie para siempre.
A veces el mundo se vuelve tan grande que el miedo viene a dormir conmigo y yo ya no lo quiero, ni siquiera él es buena compañía.
Susurro cosas a mi oído, hago muecas a mi rostro y sé que estoy triste, pero no voy a llorar, no quiero llorar.
Se me ocurre que la vida es de cada uno, se me ocurre que tiene que hacer frío allá afuera, está lloviendo.
Hago llama del tabaco y me quedo mirando el rojo incandescente como va tomando toda la madera y siento el calor en mi mano.
Sueño grandes motivaciones que están en tiempo de espera, imagino intensas conversaciones que solo tengo conmigo y me digo que no importa.
Ahora mi mundo es más amplio, ahora imagino y sueño sin preguntar si puedo hacerlo, ahora simplemente lo hago.
Las lágrimas ya están aquí, en las cuencas de mis ojos se empeñan en hacerme compañía y poco a poco descienden por mi rostro a pesar de mi disconformidad porque lo hagan.
Cuando ha pasado un rato, encuentro que las lágrimas son buena compañía en soledad, que te hacen sentir terriblemente bien, soberanamente vulnerable.
Me gusta, su compañía me gusta y creo que me la quedaré, si, creo que lo haré.
Siempre que me pierda, lloraré tan profundo que ellas lo sabrán.
Vendrán sin opiniones absurdas, sin consejos, sin compasión...
Simplemente vendrán.
Con solamente 23 años, 23, Carmen Laforet ganó, con su primera novela, ’Nada’, el primer premio Nadal de la historia. Se ignora si hubo algún periodista que corriera, desde el Café Chino de La Rambla, donde se falló, a buscar algún teléfono para cantar la noticia. Sí cuentan que César González-Ruano, que era el gran favorito, se reconcomía por dentro en su casa de Sitges. Corría el año 1945. ¿Quién es esa chica? Nadie la conocía, era posguerra, las mujeres no se suponía que escribieran y mucho menos que ganaran premios. Encima, la obra retrataba la grisura ambiental de una España mediocre, en contraste con el idealismo y la vitalidad juveniles. Lo más importante, en fin: leída hoy, resiste el paso del tiempo.
Hoy, en el Instituto Cervantes, sus hijos Agustín y Cristina Cerezales, entregarán varios cartas, libros dedicados y otros objetos. Laforet tuvo intercambio intelectual con otros grandes nombres de su tiempo, como muestran sus epistolarios publicados con Ramón J. Sender o Elena Fortún. Como articulista, se mostró como una mujer moderna, libre, crítica e irónica. A nuestro compañero Manuel del Arco le dijo, en una entrevista de 1956, que ella escribía "por aventura, porque es vital ser novelista y la vida toda me parece aventura".
El Instituto Cervantes, aprovechando la presencia de la cámara acorazada en el sótano de su sede central (Edificio de las Cariátides) de Madrid (España), utiliza las cajas de seguridad para que grandes personajes de la cultura hispánica depositen un legado que no se abrirá hasta la fecha que ellos decidan. Dichos compartimentos harían así las funciones de una cápsula del tiempo. El mencionado edificio tiene una cámara acorazada por haber sido la antigua sede del Banco Central.