Chueca era Bloomsbury
Se cumplió la consigna de Lorca: jotos de México, pájaros de la Habana, gays del Universo, que un día fueron carne para la fusta, tomaron Madrid y dieron una patada a los peinadores de seda.
...nadie podría soñar que las manolas de Malasaña un día serían el bloque transformador, ni que Chueca sería Bloomsbury, ni que Madrid se convertiría, como escribe Javier Cid, en el kilómetro cero del Orgullo Gay.
Madrid, aquella ciudad sin noche, que un día se llenó de sangre y vidrios, se pobló de las brigadas internacionales en bikinis, ángeles y drag queens.
Cuando Virginia Woolf pensó que ambos sexos comparten instintos, pero lo de luchar es un hábito del hombre, no podía imaginar cómo las mujeres españolas iban a conquistar el poder.
EllAs ya no pretenden ser ni mágicas ni sobrenaturales, sino guerreras, gustaban cuando callaban, pero ya no paran de hablar.
¿quien ha dicho que no saben luchar?"
0 comentarios