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Bitácora en la Ciudad.

Carta

Carta De Vita a Virginia Woolf, enero 21, 1926.
Milán, enviada desde Trieste
"Estoy reducida a ser una cosa que quiere a Virginia.
Escribí una carta durante las opresivas horas insomnes de la noche, y todo se ha ido: Solo te extraño de una manera desesperadamente humana. Tu con todas tus expresivas cartas, jamás escribirías una frase tan elemental como esa. Probablemente ni siquiera la concebirías. De todas maneras creo que serías capaz de hacerte cargo de un pequeño bache. Pero tu lo cubrirías de frases tan exquisitas que terminaría por perder un poco de su realidad, en tanto que conmigo es algo absolutamente implacable: te extraño aún mas de lo que hubiera creído, y estaba preparada para extrañarte mucho. Esta carta es tan solo un aullido de dolor. Es increíble cuan imprescindible te has vuelto para mi. Supongo que tu estás acostumbrada a que la gente te diga eso. Maldición, criatura peligrosa. No lograré que tu me ames más, entregándome a mi misma de esta forma. Pero oh, mi amor, no puedo ser lista e indiferente contigo: te amo demasiado para eso. Verdaderamente. Tu no tienes ni idea de cuan indiferente puedo ser con la gente que no amo. Lo he convertido en una especie de exquisita destreza. Pero tu has derribado todas mis defensas. Y realmente no lo resiento.
De todos modos no te aburriré más.
Reemprendimos el viaje, el tren nuevamente se mueve tendré que escribir en la estaciones- las cuales son muchas afortunadamente a lo largo de las llanuras lombardas. Venecia.
Las estaciones eran muchas, pero no contaba con el hecho que el Orient Express no se detendría en ellas.
Y aquí estamos en Venecia tan solo por diez minutos.
Unos desgraciados minutos durantes los cuales puedo intentar escribir. Ni siquiera tengo tiempo para comprar una estampilla italiana, así que esto tendré que enviarlo desde Trieste. Las cascadas en Suiza estaban heladas, convertidas en una especie de iridiscentes y compactas cortinas de hielo, colgando sobre las rocas; realmente encantador.
Italia está toda cubierta de nieve. Nuevamente reemprendemos el viaje. Tendré que esperar hasta mañana en Trieste. Por favor Perdóname por escribir una carta tan mísera.
V."

A Virginia Woolf, de enero el 29, 1927
Cerca de Hannover
"Mi querida Esperaba despertarme menos deprimida esta mañana, pero no fue así. Me fui a la cama anoche tan oscura en pensamientos como el fango. La tremenda monotonía de Westfalia lo hace aún peor: ciudades de fábricas, montones de escoria, país plano, y algunos remiendos de nieve sucia. Y tu vas a lo de los Webbs. Bien, bien...¿Por qué no estás aquí conmigo? ¿Oh por qué? Te deseo terriblemente. La única cosa que me causa algún placer es Leigh.
Se ha comprado una especie de capa hecha de piel de oveja, con lo cual el se hace a la idea que se parece a un pastor húngaro, pero unos anteojos con bordes de astas, y unos bombachos un tanto llamativos destruyen el efecto. Dottie por otro lado se ha aparecido con un larguísimo tapado de piel que le llega hasta los tobillos, tan apretado como para hacerla aparecer rolliza, luce como una gran duque prusiano. Estamos todos un tanto malhumorados y tenemos trifulcas por los equipajes. Deseo mas que nunca viajar contigo. Me parece que eso es la cumbre de todos mis deseos. Y me desespero pensando como puedo hacerlo realidad.
¿Puede ser posible, que piensas? Oh mi encantadora Virginia, te extraño terriblemente. Y cualquier cosa que la gente hable o diga me suena aburrido y estúpido.
Cada vez deseo mas y mas que no viajes a América; estoy segura que sería demasiado cansador para ti, de todos modos creo además que no te agradaría. ¿Vendrías a Beirut en cambio?.
Así que vagamos a través de Alemania, y es realmente aburrido. ¿Realmente habré perdido mi entusiasmo por viajar? No, no es eso, es simplemente que deseo estar contigo y con nadie más. Pero te vas a aburrir si sigo diciendo cosas como esas-solo que vuelve y vuelve una y otra vez hasta que brota de mi lápiz. ¿Te das cuenta que debo esperar quince días hasta que nuevamente sepa algo de ti? Pobre de mi. No había pensado en eso, antes de dejarte, pero ahora es una carga enorme y horrible. ¿Qué no te podría ocurrir en el transcurso de una quincena? Podrías enfermarte, enamorarte. Sólo Dios sabe!.
Trabajaré duro, en parte para complacer, en parte para complacerme, en parte para hacer que pase el tiempo en parte para tener algo con lo cual compensarte.
Atesoro tu repentino discurso sobre literatura de ayer en la mañana.,- una especie de despedida afectuosa, cual un Polonio a Laertes. Es mas que una verdad que tu has influido intelectualmente en mi infinitamente mas que cualquier otra persona, y ya por eso te amo, y siento endurecerse mis músculos.
'Il poeta e un' artiere
Che al mestiere
Fece i muscoli d'acciaio . . . .'
Sí, mi Virginia muy querida, estaba en una encrucijada en el momento justo en que te conocí.
¿A ti te gustaría que yo escribiera bien, o no? Y yo detesto escribir mal- y haber escrito tan mal en el pasado. Pero ahora, tal como la Reina Victoria seré buena. Diablos! Desearía que estuvieras aquí- el grupo de potros da brincos con ímpetu. Envíame cualquiera de
tus papeles y envía "Sobre la lectura". Por favor.
Espero que mis cartas te lleguen rápido y pronto. Dime si escribo demasiado a menudo, te amo.
V."

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