NU SHU: la lengua secreta de las mujeres en China
Hace un año, en septiembre de de 2004, murió a la edad de 98 años, Yang Hunai, considerada la última usuaria plena del Nü Shü, un código de escritura del condado de Jiangyong (Provincia de Húnán, China). La denominación Nü Shü quiere decir, precisamente, escritura femenina, y se contrapone a la llamada Nan Shü, escritura masculina.
La época álgida de la cultura femenina vehiculada a través del Nü Shü coincide con la incorporación de innovaciones tecnológicas a la agricultura de Hunan. Esto, y la fertilidad de la tierra, deja a las mujeres más tiempo para hacer tareas artesanales, como la costura y la elaboración de zapatos de tela. Estas tareas se realizaban comunitariamente, y se amenizaban con cantos y poesías, parte de las cuales se recogían, bordadas en caracteres Nü Shü en piezas de seda, abanicos de papel u otros ornamentos.
Pañuelo con renglones de caracteres Nü Shü (que se leen de arriba a abajo). La pieza estaba en poder de He Yanxin (*1939), quien se la regaló en 1995 a la estudiosa japonesa Orie Endo.
Uno de los géneros particulares escritos en Nü Shü eran las cartas del tercer día, que las madres entregaban a sus hijas en ocasión del casamiento. En la sociedad plenamente patriarcal de los yao, la mujer siempre se iba a vivir a casa de su marido. Desvinculada de la propia familia, la joven pasaba a estar bajo la tutela de la suegra. Con las cartas, escritas personalmente por su madre y encuadernadas en tela, que debían de leer a partir del tercer día de casadas, las jóvenes podían acceder a la palabra viva de la madre, en los momentos difíciles.
Yang Huanyi (1906- 2004) perteneció a la última generación que aprendió el Nü Shü desde la infancia, como sus antepasadas. Jamás aprendió a escribir el Nan Shü. Para ella, el Nü Shü nos ofreció a las mujeres una manera de poder expresarnos
Ahora quedan solamente dos mujeres: He Yanxin (*1939) y He Jinhua (*1940) que si bien tienen conocimientos de la lengua, no la escriben ni la leen con la fluidez con que lo hacía Yang Huanyi y otras mujeres de su generación.
La época álgida de la cultura femenina vehiculada a través del Nü Shü coincide con la incorporación de innovaciones tecnológicas a la agricultura de Hunan. Esto, y la fertilidad de la tierra, deja a las mujeres más tiempo para hacer tareas artesanales, como la costura y la elaboración de zapatos de tela. Estas tareas se realizaban comunitariamente, y se amenizaban con cantos y poesías, parte de las cuales se recogían, bordadas en caracteres Nü Shü en piezas de seda, abanicos de papel u otros ornamentos.
Pañuelo con renglones de caracteres Nü Shü (que se leen de arriba a abajo). La pieza estaba en poder de He Yanxin (*1939), quien se la regaló en 1995 a la estudiosa japonesa Orie Endo.
Uno de los géneros particulares escritos en Nü Shü eran las cartas del tercer día, que las madres entregaban a sus hijas en ocasión del casamiento. En la sociedad plenamente patriarcal de los yao, la mujer siempre se iba a vivir a casa de su marido. Desvinculada de la propia familia, la joven pasaba a estar bajo la tutela de la suegra. Con las cartas, escritas personalmente por su madre y encuadernadas en tela, que debían de leer a partir del tercer día de casadas, las jóvenes podían acceder a la palabra viva de la madre, en los momentos difíciles.
Yang Huanyi (1906- 2004) perteneció a la última generación que aprendió el Nü Shü desde la infancia, como sus antepasadas. Jamás aprendió a escribir el Nan Shü. Para ella, el Nü Shü nos ofreció a las mujeres una manera de poder expresarnos
Ahora quedan solamente dos mujeres: He Yanxin (*1939) y He Jinhua (*1940) que si bien tienen conocimientos de la lengua, no la escriben ni la leen con la fluidez con que lo hacía Yang Huanyi y otras mujeres de su generación.
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