Cuento; El Señor Silencio
Hace tiempo prometí un cuento, no lo olvidé... para ti y esa persona especial que sabes que está junto a ti...
Espero te guste...
El Señor silencio
Huía por las desiertas calles de la ciudad con un maletín bajo el brazo.
Vestía un elegante traje de color oscuro, camisa blanca corbata de lazo.
Llegó a una playa solitaria y se paró para recuperar el aliento.
Después se dirigió hacía una barca varada en las áreas húmedas de la marea.
Posó el misterioso maletín dentro de la embarcación y respiró profundamente.
Empujó la barca hacía el mar y navegó rumbo a la isla que apenas se divisaba a lo lejos.
¡Otro más ¡ - exclamó satisfecho el extraño señor mientras remaba.
¡ Socorro¡ , ¡ auxilio¡, gritó una voz delicada procedente del enigmático maletín.
-No seas quejita- respondió él.
-¡Por favor que alguien me ayude ¡¡ suplicó la frágil voz
Poco después, el silencio surgió en la inmensidad del mar.
Cuando llegaron a la isla, un grupo de voces alegres salió a recibirle alborozadamente.
¡Bienvenido Señor silencio¡¡
¿Cómo le ha ido por la ciudad?
-¡Cuénteme, cuénteme por favor¡
Mientras el señor silencio relataba los detalles de su visita a la ciudad, todos las voces enmudecieron.
-Las voces de la ciudad, dijo con tristeza, son frías, distantes y engreídas, son incapaces de contar un cuento o cantar una canción. Por eso están condenadas a desaparecer, aunque ellas no lo sepan.
-Señor silencio cuéntenos un cuento, dijo una voz grave.
-Mejor cantaremos una canción, dijo una voz aguda.
-¡No¡ juguemos a las adivinanzas, exclamo una voz profunda.
-Luego habló una voz clara y la siguió otra voz ronca, después una voz pequeña y mas voces, todas regañando, todas aquellas voces alborotando.
Esta bien voy a contaros un cuento .
Había una vez una voz sensible y delicada, que tenía un gran problema.
Si el día se presentaba lluvioso y gris, apenas hablaba y las pocas palabras que decía eran tristes y desganadas.
En cambio, si el día era claro y primaveral, no paraba de hablar y de cantar como una loca.
Pero ella, estaba preocupada porque por las noches, hiciera el tiempo que hiciera, siempre enmudecía.
Temerosa, pensaba que podía llegar a enmudecer también por el día.
Por eso, cada mañana al levantarse hacía diversas pruebas en el espejo, algo intranquila.
Una noche, mientras dormía, tuvo una horrible pesadilla; por fin consiguió hablar por la noche como ella quería; pero habló en sueños, dando vueltas en su cama.
Despertó sobresaltada y asustada.
Enseguida llegó a una conclusión , cuando uno duerme , no es necesario hablar.
Desde entonces, ya nunca, nunca más, le preocupó enmudecer por las noches
Las voces de la isla fueron quedándose dormidas con la historia que el señor silencio les contó.
La nueva voz también se durmió contenta por la razón por la que había sido robada.
Aquella noche el señor silencio descansó satisfecho.
Al amanecer, una vocecilla insistente le despertó.
¡Señor¡, ¡señor¡ ¿puede cogerme un poco de agua? le decía la niña , dándole un cubo de colores.
Mi padre no quiere que me acerque a la orilla del mar, dice que es peligroso.
El señor silencio restregó sus ojos y se levantó.
-¿Cómo has llagado hasta aquí?
-En el barco de mi padre, señaló un barco que faenaba en la playa.
¿Y las voces? Dijo el señor silencio
¿qué voces? Dijo la niña.
¡¡Mis voces¡¡, ¿dónde están mis voces?...Vivian aquí conmigo yo trataba de enseñarles
-No sé de que me habla, dijo la niña.
-Las voces son ¿Cómo podía explicarte?...
-¿Tu padre cuenta cuentos alguna vez?
-Si, muchas veces. Cuando me acuesto, me cuenta historias muy bonitas.
-¡No puede ser¡¡ ya no queda gente que haga eso.
-Pues mi padre si lo hace
-¿Tú padre canta?, ¿lo has oído alguna vez?
-Si hermosas canciones que hablan del mar y de las estrellas.
-¡¡¡No es posible Gritó
-No se preocupe por las voces , ya volverán si quieren
-¡Cójame un poco de agua por favor¡
-Dame el cubo
-Haremos un castillo de arena muy grande para sus voces, por si algún día vuelven, asi tendrán un sitio para quedarse y ya no se marcharán.
-¿Crees que ellas volverán? Dijo él.
Los dos permanecieron mucho tiempo juntos en el castillo.
Cuando estaban a punto de acabarlo oyerón una voz.
-¡Paula vámonos¡¡¡
- Es mi padre , tengo que irme , cojió su cubo de colores .
-¡ Que tenga suerte con sus voces¡
- Adios Paula.
El barco zarpó y desaparecierón poco a poco en el horizonte
El señor silencio quedó totalmente desconcertado.
De repente una voz grave rompió el silencio.
-Señor silencio cuéntenos un cuento, dijo una voz grave.
-Mejor cantaremos una canción, dijo una voz aguda.
-¡No¡ juguemos a las adivinanzas, exclamo una voz profunda.
-Luego habló una voz clara y la siguió otra voz ronca, después una voz pequeña y mas voces, todas regañando, todas aquellas voces alborotando.
Espero te guste...
El Señor silencio
Huía por las desiertas calles de la ciudad con un maletín bajo el brazo.
Vestía un elegante traje de color oscuro, camisa blanca corbata de lazo.
Llegó a una playa solitaria y se paró para recuperar el aliento.
Después se dirigió hacía una barca varada en las áreas húmedas de la marea.
Posó el misterioso maletín dentro de la embarcación y respiró profundamente.
Empujó la barca hacía el mar y navegó rumbo a la isla que apenas se divisaba a lo lejos.
¡Otro más ¡ - exclamó satisfecho el extraño señor mientras remaba.
¡ Socorro¡ , ¡ auxilio¡, gritó una voz delicada procedente del enigmático maletín.
-No seas quejita- respondió él.
-¡Por favor que alguien me ayude ¡¡ suplicó la frágil voz
Poco después, el silencio surgió en la inmensidad del mar.
Cuando llegaron a la isla, un grupo de voces alegres salió a recibirle alborozadamente.
¡Bienvenido Señor silencio¡¡
¿Cómo le ha ido por la ciudad?
-¡Cuénteme, cuénteme por favor¡
Mientras el señor silencio relataba los detalles de su visita a la ciudad, todos las voces enmudecieron.
-Las voces de la ciudad, dijo con tristeza, son frías, distantes y engreídas, son incapaces de contar un cuento o cantar una canción. Por eso están condenadas a desaparecer, aunque ellas no lo sepan.
-Señor silencio cuéntenos un cuento, dijo una voz grave.
-Mejor cantaremos una canción, dijo una voz aguda.
-¡No¡ juguemos a las adivinanzas, exclamo una voz profunda.
-Luego habló una voz clara y la siguió otra voz ronca, después una voz pequeña y mas voces, todas regañando, todas aquellas voces alborotando.
Esta bien voy a contaros un cuento .
Había una vez una voz sensible y delicada, que tenía un gran problema.
Si el día se presentaba lluvioso y gris, apenas hablaba y las pocas palabras que decía eran tristes y desganadas.
En cambio, si el día era claro y primaveral, no paraba de hablar y de cantar como una loca.
Pero ella, estaba preocupada porque por las noches, hiciera el tiempo que hiciera, siempre enmudecía.
Temerosa, pensaba que podía llegar a enmudecer también por el día.
Por eso, cada mañana al levantarse hacía diversas pruebas en el espejo, algo intranquila.
Una noche, mientras dormía, tuvo una horrible pesadilla; por fin consiguió hablar por la noche como ella quería; pero habló en sueños, dando vueltas en su cama.
Despertó sobresaltada y asustada.
Enseguida llegó a una conclusión , cuando uno duerme , no es necesario hablar.
Desde entonces, ya nunca, nunca más, le preocupó enmudecer por las noches
Las voces de la isla fueron quedándose dormidas con la historia que el señor silencio les contó.
La nueva voz también se durmió contenta por la razón por la que había sido robada.
Aquella noche el señor silencio descansó satisfecho.
Al amanecer, una vocecilla insistente le despertó.
¡Señor¡, ¡señor¡ ¿puede cogerme un poco de agua? le decía la niña , dándole un cubo de colores.
Mi padre no quiere que me acerque a la orilla del mar, dice que es peligroso.
El señor silencio restregó sus ojos y se levantó.
-¿Cómo has llagado hasta aquí?
-En el barco de mi padre, señaló un barco que faenaba en la playa.
¿Y las voces? Dijo el señor silencio
¿qué voces? Dijo la niña.
¡¡Mis voces¡¡, ¿dónde están mis voces?...Vivian aquí conmigo yo trataba de enseñarles
-No sé de que me habla, dijo la niña.
-Las voces son ¿Cómo podía explicarte?...
-¿Tu padre cuenta cuentos alguna vez?
-Si, muchas veces. Cuando me acuesto, me cuenta historias muy bonitas.
-¡No puede ser¡¡ ya no queda gente que haga eso.
-Pues mi padre si lo hace
-¿Tú padre canta?, ¿lo has oído alguna vez?
-Si hermosas canciones que hablan del mar y de las estrellas.
-¡¡¡No es posible Gritó
-No se preocupe por las voces , ya volverán si quieren
-¡Cójame un poco de agua por favor¡
-Dame el cubo
-Haremos un castillo de arena muy grande para sus voces, por si algún día vuelven, asi tendrán un sitio para quedarse y ya no se marcharán.
-¿Crees que ellas volverán? Dijo él.
Los dos permanecieron mucho tiempo juntos en el castillo.
Cuando estaban a punto de acabarlo oyerón una voz.
-¡Paula vámonos¡¡¡
- Es mi padre , tengo que irme , cojió su cubo de colores .
-¡ Que tenga suerte con sus voces¡
- Adios Paula.
El barco zarpó y desaparecierón poco a poco en el horizonte
El señor silencio quedó totalmente desconcertado.
De repente una voz grave rompió el silencio.
-Señor silencio cuéntenos un cuento, dijo una voz grave.
-Mejor cantaremos una canción, dijo una voz aguda.
-¡No¡ juguemos a las adivinanzas, exclamo una voz profunda.
-Luego habló una voz clara y la siguió otra voz ronca, después una voz pequeña y mas voces, todas regañando, todas aquellas voces alborotando.
4 comentarios
Chari -
Montse -
gracias a ti Chari ( mi niña de Valladolid) mil besos
Oca -
camila -