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Cortázar y su máquina de escribir.

Cortázar y su máquina de escribir. Cortázar y su máquina de escribir.

Publicado por Hartas on sábado 28 de enero de 2012

Cortázar y su máquina de escribir

En su articulo El amargo encanto de la máquina de escribir, Julio Cortázar describió su obsesión cuando usaba el artefacto:
... "El tiempo agravó las cosas: ahora sólo puedo escribir en máquina eléctrica, siempre de la misma marca, con el tipo de la misma medida, y sin un solo tropiezo, porque hasta el mínimo error de mecanografía me duele en el alma como un error de creación. No es raro, pues, que el único cuadro que tengo frente al escritorio donde escribo sea el afiche de una máquina de escribir destrozada por un camión en medio de la carretera. ¡Qué dicha!" ... "Lo peor es que cuando uno se vuelve mecanógrafo esencial ya resulta imposible escribir de otro modo, y la escritura mecánica termina por ser nuestra verdadera caligrafía"

Él utilizaba una Olivetti Lettera 22, que es una maquina portátil
diseñada por Marcelo Nizzoli en 1949 para Olivetti, fue muy popular y galardonada como el mejor diseño de producto en los últimos 100 años por el instituto de tecnología de Illinois.
Tiene un tamaño de 27x37x8 cm sin embargo pesaba 4kg lo que podía limitar su portabilidad. 

Me he encontrado un texto muy creativo titulado "La maquina de Cortázar" por Alberto Paciano, mismo que les dejo a continuación para que lo disfruten:

La maquina de Cortázar - Alberto Paciano

En 1997 compré la máquina en la que Julio Cortázar escribió Rayuela. Desde entonces no puedo escribir con otro artefacto. Ni siquiera con las plumas. Para empezar, al tomar una pluma, ya se está en una actitud ajena a la escritura: más cerca de los trazos, de las líneas y los rayones, se antoja más dibujar circulitos o largas líneas que cruzan la hoja a manera de pentagrama imperfecto, pero no de escribir una palabra. Quien revise mis borradores, encontrará todo esto. En cambio con la máquina de Julio las cosas son diferentes. A uno le dan ganas de poner un disco de Bill Evans e irse metiendo en las páginas, decidido a perderse en cualquier digresión hasta el punto final. Y así sucede. Puedo escribir durante horas hasta que el sueño pide lo suyo. A veces, juego a que soy Julio Cortázar. Me dejo la barba, fumo, aunque no tengo el hábito de fumar; juego ante el espejo que esta frente a mi escritorio a practicar ciertas posiciones corporales que mi estatura, sin llegar a la de Cortázar, me facilita las cosas; imito su voz, me toco mi boca, el borde de mi boca, y todo va perfecto, escribo sin trabas, sin apenas planear algo, como si los golpes vinieran empujados desde las teclas a la punta de los dedos.


Se me ocurren cosas que seguramente no se me ocurrirían si escribiera con cualquier otra máquina, digamos, con la antigua máquina del periódico, la que utilicé por allá en el ochenta. Han sido tantas personas las que han metido sus dedos allí; que el objeto pierde esa especie de imantación que solo pueden tener aquellas cosas que fueron usadas por una sola persona. Hasta donde yo sé, hasta donde me han dicho, solo Julio Cortázar escribió en esta máquina. Ignoro si le tenía mucho apego o no; si se sentía incapaz de escribir con otra o todo esto era perfectamente irrelevante. Me gusta pensar que la necesitaba tanto como yo, que le gustaba, como a mí , mirarla por un largo rato, sin tocarla, pensando en que las palabras no existen hasta que uno se pone a respirar y pone el papel y presionas para que la palabra tenga forma, peso, aroma, realidad.

Escribir en la máquina de Cortázar ha cambiado también mis costumbres o mis habilidades de taquigráficas. Antes, en la computadora, escribía usando todos mis dedos. Llegaba rápidamente al final de la frase y ahí estaba el muro, el ahora qué, las ganas presionar el erase hasta el inicio, como en un desmayo hacia atrás; ahora, escribo solo con mis dedos índices, lentamente, presionando con esfuerzo para que la letra imprima bien, como en esa fotografía a blanco y negro que anda circulando con la red, en donde se le ve Cortázar tan inteligente, tan concentrado en su juego. No estoy seguro cuántas utilizó Cortázar a lo largo de su vida. Al menos tuvo esta. El que me la vendió, un judío polaco, me garantizó que era de él, incluso me enseñó esa foto; se parecen tanto. Justamente este Polaco le vendió a un colega la máquina de George Perec. Era un escritor, mi amigo, sencillo y modesto. Ahora está hecho un lío. Yo tampoco podría escribir con una máquina de Perec, primero, porque apenas lo he leído. No veo en él a ningún maestro, no tengo por él más admiración que la que me puede inspirar los comentarios elogiosos de los colegas que sí lo han leído, que si lo admirar, no sé por qué.

En una semana visitaré a un amigo en Buenos Aires que va a inaugurar un museo de la vida de Julio. Entre otras cosas-fotografías, textos, la gabardina con la que llegó a Paris en el cincuenta o el cincuenta y uno- exhibirá una máquina de Cortázar. Prometí llamarle en cuanto llegara a la ciudad para encontrarnos en un café; iremos después a la casa del anticuario que estará a cargo del museo, y que jura tener documentos de autenticidad y pruebas y testimonios. Le diré que no pueden exhibir esa pieza. Les pediré de favor que no lo hagan. Somos amigos. Posiblemente, ya veremos. Buenos Aires es triste.

El perro de Kafka

El perro de Kafka Nadie mejor que su fiel compañero, un pastor alemán, podría entender, acompañar y aportar todo lo que necesita Kafka en los últimos momentos de su vida y convertirse en su principal personaje, tanto en su vida como en muchas obras literarias.
http://www.editorialcaliope.com/producto/perro-kafka/

Lecturas

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Instrucciones para subir una escalera.

Instrucciones para subir una escalera.

Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.

Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).

Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

– Julio Cortazar

Releyendo Blankets.

Releyendo Blankets.

"Hace apenas unos minutos que he cerrado el libro y ya echo de menos sus páginas. Craig Thompson ha jugado estos días con mi corazón, con mis recuerdos. Y me los ha lanzado de golpe a la cara. Los ha revuelto como una sábana desordenada al amanecer". Es una historia autobiográfica tierna, directa y sobre todo sincera, muy sincera... de vez en cuando hay que dejarse llevar por una lectura rebosante de sentimiento, ¿no?, es mi segunda lectura de este autor , mi segundo libro  y me emociona su forma de hacer, su forma de refugiarse en el dibujo, su forma de ver el mundo , sus sentimientos, sus dudas y como con su dibujo hace sentir esa realidad .

"Blankets es una lectura emotiva que no deja indiferente a nadie que haya pasado por la etapa de la adolescencia y una lectura necesaria para todos aquellos que poco a poco la han ido olvidando" (Reseña)

Blankets
Craig Thomson, Ediciones Astiberri.

Una temporada en el infierno. Arthur Rimbaud.

Una temporada en el infierno. Arthur Rimbaud.

El diario no hablaba de ti...

Siniestras Amadas

Siniestras Amadas

"Siniestras amadas". 22 delirios necro- romanticos de Edgar Allan Poe.

Poemas gráficos donde Poe escribe a las mujeres, mujeres amantes, mujeres amigas, fantasias. ( Por cierto el estilo me recuerda a Tim Burton)

Aparece la imagen de Annabel Lee entre otras , hace tiempo recuerdo (no sé ahora en dónde) leí una historia sobre Annabel ...una noche entró en su habitación un viento gélido, fuerte que venia de la nada este viento se la llevó y no regresó ... creo que esta sensación la  hemos tenido en algún momento.

Cuento, manos frágiles.

Cuento, manos frágiles.

En la era Mecánica, los humanos vivian bajo el Imperio de las máquinas y los robots. Su Emperador jamás había salido de su palacio tecnificado y tan absoluto era su aislamiento, que mandó buscar a la mujer que le daría descendencia.

Un gran programa informático escogió a Artesana para tan preciado honor. Una bella doncella de manos frágiles como el vidrio, suaves como la seda y puras como manantial. Llamada ante su presencia, por primera vez y ante una gran concurrencia, el Emperador habló:

Las manos de mis fieles robots son afiladas como garras de un león, mutantes como la piel de una serpiente, contundentes como las patas de un elefante, ágiles como las alas de un águila, indestructibles como las pezuñas de un toro. Aprietan como un torniquete, giran como un ventilador, sostienen como una presa y se mueven con la precisión de un cirujano. Son admiradas y temibles para todos nuestros enemigos.

Y tus manos, vulnerables como a porcelana. ¿Qué han de aportarme?

Artesana hizo salir al Emperador al exterior. Dirigió su mirada al firmamento poblado de estrellas.¿Ve la luna?. Es el retrato de la belleza inalcanzable, ¿verdad?.

Entonces la chica hizo un circulo con sus delicadas y armoniosas manos y dotándolas de la perspectiva suficiente, acogió la luna entre ellas.

-"Mire Señor, mis manos han alcanzado la luna para usted".

- Eso es sólo una falsa ilusión replicó enfadado el soberano. Un vil engaño.

- Yo soy esa luna, Señor. Aunque me atrape, no es más que una quimera entre sus dedos.

-¿Y para qué entonces sirven tus manos?

- Para eso exactamente sirven mis manos Señor, para concebir  ilusiones, crear obras de arte, componer música, bailar, abrazar, y amar libremente... Precisamente para todo aquello que usted no debería controlar, ni poseer.

Pero  A.R.T.E.S.A.N.A  no sabia que era un Robot... (“La mujer de manos frágiles" - Rubén Arribas)

  - Al  leer este cuento (calle)  me trajo y me acordé de algunas lecturas sobre IA, Inteligencia Artificial, me gustó la unión, la mezcla de lo humano y de lo que aparentemente no lo es, al igual que la historia que cuenta.

Radio, libros...

Radio, libros...

El otro día escuchando el programa de radio , "a vivir que son dos días", el apartado del club de lectura , hablarón de "Nada", una novela de Carmen Laforet con qué ganó el Premio Nadal hace ya 65 años. Se dice que es la primera novela moderna feminista en España , (aunque en esos tiempos creo que cualquier cosa era feminista).

Hablarón sobre la novela, de una nueva edición (Ed.Destino) con fotos de la época , de como cambia el leer la novela en el instituto al volver a releerla ya con unos años más, y es cierto , como cambia una lectura con el paso del tiempo, me llamó la atención una observación decian que las personas que escriben en segunda persona es por pudor, no sé... , vuelvo a leerla.

Aquel cielo tormentoso me entraba en los pulmones y me cegaba de tristeza. Desfilaban rápidamente, entre la neblina congojosa que me envolvía, los olores de la calle Arribau. Olor de perfumería, de farmacia, de comestibles. Olor de calle sobre la que una polvareda gravita, en el vientre de un cielo sofocantemente oscuro.

La Plaza de la Universidad se me apareció quieta y enorme como en las pesadillas. Era como si los pocos transeúntes que la cruzaban, como si los autos y los tranvías estuviesen atacados de parálisis. Alguien se me ha quedado en el recuerdo con una pierna levantada: tan extraña fue la mirada que lancé a todo y tan rápidamente me olvidé de todo lo que había visto.

Encontré que no lloraba ya, pero me dolía la garganta y me latían las sienes. Me apoyé contra la verja del jardín de la Universidad, como aquel día que recordaba Ena. Un día en que, al parecer, no me daba cuenta de que el agua de los cielos se derramaba sobre mí…

Un papel viejo se me pegó a las rodillas. Miré aquel aire grueso, aplastado contra la tierra, que empezaba a hacer revolar el polvo y las hojas, en una macabra danza de cosas muertas. Sentí dolor de soledad, más insoportable, por repetido, que el que me acometiera al salir de casa de Pons, unos días atrás. Ahora era como un castigo que el llanto se me hubiera acabado.

Por dentro me raspaba, hiriéndome los párpados y la garganta.
Nada, Carmen Laforet.

Un Mundo Feliz.

Un Mundo Feliz.

“(..) La propaganda en favor de la acción dictada por impulsos que están por debajo del propio interés ofrece pruebas falsas, amañadas o incompletas, elude el argumento lógico y trata de influir en sus víctimas mediante la mera repetición de consignas, la furiosa denuncia contra víctimas propiciatorias extranjeras o nacionales y la astuta asociación de las más bajas pasiones con los más altos ideales, de modo que las atrocidades se perpetran en nombre de Dios y la más cínica de las realpolitik se convierte en cuestión de principio religioso y de deber patriótico.”

“Los traficantes políticos recurren únicamente a las debilidades de los votantes, nunca a su fuerza potencial.”

“(..) Los métodos que actualmente se utilizan para colocar en el mercado a un candidato político como si fuera un desodorante garantizan de modo muy positivo al cuerpo electoral contra toda posibilidad de escuchar la verdad acerca de nada.”

“(..) El miedo intenso y prolongado los deprimía (a los creyentes) y creaba en ellos un estado de impresionabilidad muy intensificada. En este estado se inclinaban a aceptar sin discutir los pronunciamientos teológicos del predicador.”

"Un mundo feliz". Huxley Aldous,. 1958

La resistencia.

La resistencia.

HAY DÍAS en que me levanto con una esperanza demencial, momentos en los que siento que las posibilidades de una vida humana están al alcance de nuestras manos. Este es uno de esos días.

Y entonces, me he puesto a escribir casi a tientas en la madrugada, con urgencia, como quién saliera a la calle a pedir ayuda ante la amenaza de un incendio, o como un barco que, a punto de desaparecer, hiciera una última y ferviente seña a un puerto que sabe cercano pero ensordecido por el ruido de la ciudad y por la cantidad de letreros que le enturbian la mirada.

Les pido que nos detengamos a pensar en la grandeza a la que todavia podemos aspirar si nos atrevemos a valorar la vida de otra manera. Les pido ese coraje que nos sitúa en la verdadera dimensión del hombre. Todos, ua y otra vez, nos doblegamos. Pero hay algo que no falla y es la convicción de que -únicamente- los valores del espíritu nos pueden salvar de este terremoto que amenaza la condición humana.

Ernesto Sabato " La resistencia"

La melancólica muerte de Chico Ostra.

La melancólica muerte de Chico Ostra.

          Con La melancólica muerte de Chico Ostra, Tim Burton nos confirma un presentimiento. Puede moverse en el cine, puede escribir en verso, pero lo suyo es el ejercicio de una extraña y poco convencional ternura.

Este pequeño libro está escrito en verso y dibujado en acuarela por él mismo. En esta obra literaria se muestra fiel al mundo que ha construido de personajes extraños  y marginales. Es  un libro de poemas en los que se reivindica lo feo y grotesco como algo dulce y tierno. Desde el primer momento, esta pequeña colección de antihéroes despierta la más absoluta comprensión e identificación. Una acertada llamada a descubrir que la verdadera belleza está en el interior. El titulo del libro lo toma de una de la historias que aparecen en él,  pero no sólo nos habla de este niño, sino de mucho otros  que se diferencian de los demás, solitarios e indiferentes para sus padres; lo cual, no se diferencia tanto de la realidad. Amanda, Cabeza de melón, Palillo y Cerilla enamorados, y más.

"Si es mitad Ostra, su niño"

¿Se ha puesto a considerar
una casita en el mar?”.

La melancolica muerte de Chico Ostra, TIm Burton.

El animal moribundo.

El animal moribundo.

“...Cuando jodes te vengas de una manera completa, aunque momentánea, de todo cuanto te desagrada de la vida y todo cuanto te derrota en la vida. Sólo entonces estás más limpiamente vivo y eres tu mismo del modo más limpio. La corrupción no es el sexo, sino todo lo demás. El sexo no es sólo fricción y diversión superficial. El sexo es también la venganza contra la muerte. No te olvides de la muerte. No la olvides jamás. Sí, también el poder del sexo es limitado. Sé muy bien lo limitado que es. Pero dime, ¿qué poder es mayor que el suyo?”.

Philip Roth , El animal moribundo (fragmento). Perspectivas Coixet.

"La belleza está en los ojos de quien la mira" (elegy). Pelicula basada en "El animal moribundo" P. Roth